viernes, 24 de diciembre de 2010

Relativa feliz Navidad

Desde este blog lleno de recuerdos rescatados y de momentos de jubilosa actualidad, como los triunfos que han alcanzado nuestras nuevas generaciones de deportistas, quiero, - como la inmensa mayoría de los que celebran estas tradicionales fiestas de Diciembre -, que las de este 2010 transcurran con toda la paz posible y con mucha, mucha salud y que esos anhelos se mantengan, también, para el 2011.
Para los que se estén preguntando el porqué de este título de hoy, si mis deseos para todos son los mejores, les diré que se debe a que un sector de compañeras y sus familias no van a pasar, precisamente, una de sus más felices fiestas. Me refiero a las de Marichu Hernández, cuya madre falleció hace casi dos meses; a la de Conchy Ramírez, que nos dejó, sorpresivamente, el pasado 26 de Noviembre y a la de Marga Máiquez, que perdió a su madre también, ayer, día 23, y después de muchas semanas luchando con la enfermedad. Así como a su padre, D. Enrique (q.e.p.d.), sí tuve el gusto de tratarlo cuando formé parte del Tenerife Krystal, a Dña. Margarita no llegué a conocerla, pero a través de la bondad que su hija emana por todos sus poros, puedo suponer que esa hermosa cualidad que la caracteriza, tiene que provenir, necesariamente, de los genes y el ejemplo de sus progenitores.
No es difícil imaginar, después de haberlas acompañado en su dolor, que estas fechas tan apropiadas para pasarlas con los más cercanos, no van a ayudarlas demasiado a asimilar la pérdida del ser querido y, aunque ya se lo expresé a todas en su día, les reitero mi cariño y las animo a que recuperen la normalidad de sus vidas lo antes posible. A lo mejor y a pesar de su significado, el momento más idóneo sea el que proporcionan estos días tan especiales, porque estoy segura de que allí donde se encuentren las que las han dejado, desde allí, - decía -, se alegrarán de que retomen sus costumbres rodeados de sus hermanos, hijos, marido y tíos y recordando las situaciones felices que, durante muchas Navidades, debieron vivir juntos.
Queridas compañeras y amigas, queridas familias tengan la seguridad de que yo también las llevo y las llevaré a ustedes, siempre, en mi recuerdo. No sólo en estas fechas entrañables.
Como homenaje gráfico vayan dos imágenes de alegría: la del reencuentro de parte de las gloriosas jugadoras del Kriytal, en casa de Marga, en los primeros días de Octubre pasado, y también la de una celebración del inicio de temporada del OM de 1970-71, en las instalaciones de la firma patrocinadora.

4 comentarios:

  1. La navidad es una época difícil cuando se pierde a alguien querido. Mis padres fallecieron los dos en diciembre, y hace dos meses murió un primo muy querido. Pero siempre hemos decidido todos reunirnos a cenar, brindar por ellos y recordar otras navidades. Cuando alguien ilumina tu vida, la luz no se pierde nunca.
    Feliz navidad para ti también.

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  2. Espero, querida Jane, que estas compañeras que nombro en mi entrada lean este comentario tuyo, tan gratificante y esperanzador. Yo intento transmitirles lo mismo y deseo que, más pronto que tarde, se convenzan de esta realidad.
    También mi padre murió mediado un mes de noviembre de hace poco más de 34 años y, desde entonces, la Navidad no es la misma para mí. Por eso, no me es difícil estar muy cerca de todas vosotras.
    Gracias, como siempre, por tus palabras.

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  3. La verdad es que cuando se escribe con el corazón las palabras salen solas, no tengo el gusto de conocerla (a la autora de este blog), pero sí entiendo y me identifico con todo lo que aquí ha dicho. Es difícil consolar a los que sufren pérdidas tan dolorosas, pero se hará más fácil de soportar cuando se sienten arropados por el cariño de los amigos, además el recuerdo de aquellos que hemos perdido hace que vivan en nosotros. Un saludo y aunque ya nunca será fácil vivir estas fechas para todos los que han tenido que pasar por tan difíciles momentos, el tiempo es el mejor aliado, aunque no elima el dolor sí nos enseña a mitigarlo.Firmado canarista mosquead@

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  4. Muchas gracias, Canarista mosquead@, por sus palabras. Además, por mucho que nos preparemos para afrontar lo inevitable, cuando le sucede a los que queremos, también el dolor que nos produce es inevitable. Pero, como bien dice, el tiempo es el mejor aliado para mitigarlo.
    Un abrazo cordial y gracias, de nuevo.

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